feria del libro / buenos aires / 2009





ESTIGMADO SEÑOR BRASCA.
De nuestra mayor consideración:

Suponemos que algún error en la elección de destinatarios de vuestro correo electrónico hizo llegar a La Biblioteca Fabularia una invitación para que uno de sus miembros, a quien usted nombra Sergio Francisci, concurriese a esta Feria del Libro.

Conjeturamos también que otro error propagó este correo dentro del universo fabulario y algún malandrín, al que aún no hemos identificado, osó dar respuesta afirmativa a dicha invitación.

Estigmado amigo Brasca, visto el devenir de estos accidentes y en el afán de no alterar vuestra programación, esta Comisión de Mitómanos de La Biblioteca Fabularia intenta superar el trance enviando al portador de la presente con el objeto de prestar ánimas a la persona que resultó invitada.

Ocurre que el nombrado Sergio Francisci es una ficción, un acto de cuentos, una hoja errática que mueve el Viento de Ningunaparte por los desiertos de nuestra biblioteca.

Y sabe usted que en estos universos los escritores se diluyen hasta desaparecer en la escritura y que tal paradigma minimiza el recurso humano disponible. Por tal efecto fue imposible destinar, este día, a alguien cuyo perfil armonice con el nivel impuesto por su gracia a Las Jornadas Feriales de Microficción.

Quien está con usted dando lectura a nuestra minuta es el único fabulador móvil que aceptó, en la emergencia, viajar a dedo hasta la metrópoli; razón por la cual apelamos, señor Brasca, a su reconocida misericordia para tolerar posibles imposturas del orador.

Le ordenamos también a este emisario que fabule ante ustedes algunas escenas del Acto 37 del Teatro de Cuentos. Si de algún modo puede el mismo ser útil, tenga a bien permitirle uso de palabra.

Atentamente, Comisión de Mitómanos de la Biblioteca Fabularia.




.
.
.
.